Entre los distintos criterios estratégicos utilizados por la metodología destacan los siguientes: el monto, que se refiere a los recursos asignados a los programas presupuestarios, fideicomisos, proyectos y programas de inversión, así como al estimado correspondiente a los distintos conceptos de ingreso, entre otras categorías; la variación, que identifica los incrementos o decrementos del monto con respecto al ejercicio anterior; los antecedentes de fiscalización, que permiten identificar si el ente ha sido revisado anteriormente; la frecuencia de las auditorías practicadas; la proximidad de dichas revisiones respecto a la Cuenta Pública que se planea fiscalizar, y los resultados que se hayan obtenido en revisiones pasadas. Adicionalmente, las solicitudes de la CVASF, de legisladores, las provenientes de grupos ciudadanos y los temas tratados en los medios de comunicación, son incluidas en el análisis para identificar aquellos sujetos de fiscalización con mayor relevancia.
Todas las propuestas de auditoría son analizadas y discutidas para valorar la pertinencia de que sean integradas al Programa Anual de Auditorías.
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